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lunes, 27 de febrero de 2023

Aluxes; Personajes de la Mitología Maya

Cotaxtla, Ver.— A propósito de la imagen que compartió el Lic. presidente Andrés Manuel López Obrador en su cuenta de Twitter de un supuesto Aluxe que, de acuerdo a la cultura maya, se trata de un “duende” que habitó la Tierra antes que los humanos.

En la foto, capturada de noche y con muy poca claridad, se ve una sombra sobre un árbol.

¿Qué son los Aluxe?
Los Aluxes son pequeñas creaturas que pueden ayudarnos o hacernos travesuras al viajar o habitar un lugar.

Los Aluxes, en maya “Alux” y en plural “aluxo’ob”, son, en la mitología maya, pequeños duendes o elfos que viven en lugares naturales como selvas, grutas o cenotes. Se asemejan a ser humano pero, la diferencia es que son pequeños como de la altura de las rodillas de cualquier ser humano.

Estas son pequeñas criaturas mitológicas de la península de Yucatán que generalmente son invisibles pero que pueden asumir una forma física similar a la de los mayas con sus vestimentas tradicionales, pero en miniatura.

Se dice que estos seres protegen a aquellos viajeros que dejan ofrendas en los lugares que visitan y que si uno llegase a llamarlos en voz alta podrían desatar su enojo.

La leyenda de los Aluxes, los duendes del Mayab
Según se cuenta, estos duendes se visten como antiguos mayas y juegan artimañas a aquellos que no les dejan sus ofrendas. Además, son capaces de espantar o proteger a los viajeros y a la gente que visita sus lugares preferidos.

Aún se cree que cuando uno construye una vivienda o una milpa debe dejar ofrendas y hacer un altar estos seres; pues ayudan a crecer el maíz, llamando la lluvia y vigilan los campos de noche, silbando para delatar a los ladrones.

Al entrar a algún lugar sagrado, ya sea un bosque o un santuario, se debe pedir permiso a los aluxes; el objetivo es que éstos no hagan sus maldades causando accidentes, enfermedades o desastres naturales.

Se dice que estos seres protegen a aquellos viajeros que dejan ofrendas en los lugares que visitan y que si uno llegase a llamarlos en voz alta podrían desatar su enojo.

La tradición maya dice que son invisibles pero que pueden adquirir forma física con tal de comunicarse, ahuyentar o congregarse con los seres humanos. Si el alux es tratado amablemente, el alux protegerá a la persona de los ladrones y aún, le traerá buena suerte. Si son tratados con respeto pueden ser muy útiles.

Recuerda cuidar y ser respetuoso a dondequiera que vayas ya que puedes desatar la ira de los aluxes. Siempre cuida de los demás y de los los lugares, ayuda a su conservación.

Fuente: México Desconocido 

domingo, 12 de febrero de 2023

Quetzalcóatl y el conejo de la luna

México.—

La vieja leyenda dice:

A Quetzalcóatl, el dios grande y bueno le gustaba ver a los hombres

Un día este bajo al mundo en su forma de hombre y ese día camino y camino, observando la hermosa tierra, sin embargo como todos los humanos se sintió cansado y con hambre pero aun así el continuo su camino para poder contemplar las maravillas de lo que el mismo había hecho. Y no vio descanso hasta que las estrellas comenzaron a brillar y la luna se asomó a la ventana de los cielos. Quetzalcóatl fatigado y hambriento decidió sentarse a la orilla del camino, a tomar el aire y a observar la luna blanca que iluminaba aquella noche estrellada.

Pero bajo la mirada al escuchar que unas ramas se movían, un conejo había salido a cenar sin temor del dios disfrazado de hombre.

Quetzalcóatl miro al conejo que se acerco al zacate y comenzó a comer de el.

-¿Qué estás comiendo?, -le preguntó el dios tratando de ver lo que estaba haciendo el conejo blanco.

-Estoy comiendo zacate. ¿Quieres un poco?

-Gracias, pero yo no como zacate.

El conejo se asombro y pregunto:

-¿Qué vas a hacer entonces?

-Morirme tal vez de hambre y de sed.

El conejito se sintió triste el dios disfrazado de hombre no podía morir de hambre pero tampoco comer zacate, se quedo pensado por un momento y despues se acercó a Quetzalcóatl.

-Mira, yo no soy más que un conejito, pero si tienes hambre, cómeme, estoy aquí.

Entonces el dios agradecido acarició al conejito y le dijo:

- Tú no serás más que un conejito, pero todo el mundo, para siempre, se ha de acordar de ti.

Y lo levantó alto, muy alto, hasta la luna, donde quedó estampada la figura del conejo.

El pequeño conejo quedo asombrado al ver su sombra en un lugar tan lejano.

Después el dios lo bajó a la tierra y le dijo:

-Ahí tienes tu retrato en luz, para todos los hombres y para todos los tiempos.

Y a partir de entonces y hasta nuestros días podemos ver en la luna la sombra de un conejo que se quería sacrificar por un hombre y recibió el regalo de un dios.